"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

lunes, 15 de septiembre de 2014

LOS CUERPOS ROTOS
“…La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todos porque sustancialmente era cierta…, sólo eran falsos la hora y uno o dos nombres propios”. (Jorge Luis Borges, EMMA ZüNZ) Como en los sueños, siempre los temas escogen al escritor. . . . Amigo Espartaco: Como tú bien sabes, EMMA ZüNZ es un relato más en el “Aleph” de Borges. Acabo de leer tu siempre inspirada intervención, abriendo esta vez tu mirilla hacia ESPEJOS de Eduardo Galeano, autor para mí ignoto hasta hace un cuarto de hora. Gracias Espartaco por tu dádiva. Lo poquitín que acabo de leer, y en especial lo referente a Cuba, me ha impactado. No voy a decirte por qué, me llevaría mucho tiempo. Cuba es mi segunda patria porque allá se fue mi padre desde una aldea de Galicia, a la edad de 14 años, para poder comer. Y, siendo yo muy niño, él me hablaba y hablaba y hablaba de Camagüey, Cienfuegos, La Habana… Me hablaba de Pepín Fernández (asturiano y fundador de Galerías Preciados), de César Rodríguez (otro asturiano, que puso en una esquina con la Puerta del Sol de Madrid, una chiquita sastrería-comercio “Corte Inglés” que enseguida se la vendió a Ramón Areces, otro asturiano). A Ramón Areces, Pepín Fernández y el asturiano César Rodríguez, a los tres conoció mi padre en La Habana. Los cuatro coincidieron aquel 1 de Enero de 1927, en el estadio de beisbol “Almendares Park” de la Habana donde Paulino Uzkudun venció en el segundo round al americano Martín OGray, que murió allí mismo sobre el ring en el acto. Y fue entonces cuando un boxeador cubano, un tiarrón inmenso, excampeón de los Heavyweights de Matanzas (un tal Antolín Fierro al que llamaban El Toro del Yumuri), retó a Uzkudun. Éste aceptó y a los quince días del anterior combate (el 15 de Enero de 1927), ante una inmensa colonia de españoles que gritaban: “¡Uzkudun, campeón de España! ¡Uzkudun, campeón de Europa! ¡Uzkudun, campeón mundial!...todos vieron cómo en menos de dos minutos de combate, el gigante cubano caía derrotado por un terrible “hachazo” del leñador vasco. Todo eso me lo contaba mi padre, una y cien veces, cuando yo era un niño, y él, una y diez o más veces, estaba leyendo “De los Apeninos a los Andes”, de CORAZÓN de Amicis, un compendio de relatos con matiz republicano y donde siempre aparecía la figura de Garibaldi, me acuerdo yo todavía. Y termino: Un 27 de Agosto de 1968, poco después de que ETA asesinase en el rellano de la escalera de su casa a Melitón Manzanas, viajaba yo en el TALGO para San Sebastián, al Primer Congreso de Escritores que presidió Camilo José Cela. En el asiento a mi lado iba Paulino Uzkudun. ¡Curioso! Le hablé de mi padre, recordando lo que acabo de contaros. El enorme Uzkudun me escuchaba con mucho agrado. No chocheaba, pero yo observé en él que algo grogui sí lo estaba. Parecía un niño. Inmenso, noblote, educado, aseñorado, una chispa “grillao”. Sentí admiración y sentía un poquitín de pena. Cuando llegamos a San Sebastián, nos bajamos y cada uno tiró por su camino, no pude menos que recordar a mi padre. Recordé también aquella gran película: “Más dura será la caída” de Mark Robson, a mi juicio el más severo alegato contra el boxeo. Y, tal vez, como consecuencia, el que Robson, junto a Benedek, Wyler, Rossen, Dmytrick y algunos más, fuese depurado por Hollywood cuando la “caza de brujas”. Recordaba... y sentí tristeza. . . . Y porque siempre tus escritos, amigo Espartaco, me sugieren multitud de ideas, decirte que deseo comentar tu bendita imagen de Fendetestas, de igual manera que tu sobrio y perfecto análisis sobre “La Pelota Vasca” de Julio Medem. Un cordial saludo de César R. Docampo

http://lacomunidad.elpais.com/latabernadelosmares/2008/08/08/los-cuerpos-rotos/
2008-08-08T10:19:36Z
César latabernadelosmares@yahoo.es

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