"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

viernes, 24 de marzo de 2017

LA CIENCIA SIEMPRE DOTA A LOS HOMBRES DE UN NUEVO PODER.

LA CIENCIA SIEMPRE DOTA A LOS HOMBRES DE UN NUEVO PODER.

La Ciencia siempre ha modificado la relación del hombre con la Naturaleza, haciendo posible que el hombre realice su gran misión: Dominar la Naturaleza, haciéndose cargo de ella para transformarla. ¿Cómo? 
En primer lugar, penetrando en lo secretos de la materia, liberando nuevas energías. Así, puesto, estos descubrimientos franquearon a la Humanidad un verdadero UMBRAL nuevo, porque quien dice PODER, dice también utilización de dicho poder. Y la Historia nos ha enseñado que, desgraciadamente, este poder nuevo, a veces, ha sido utilizado en perjuicio del hombre. Hay, por consiguiente, una profunda ambigüedad en este progreso. Por el hecho de que puede servir tanto para la ruina como para la prosperidad del hombre, le confiere una tremenda responsabilidad.

Y esto nos hace ver que la CIENCIA, en sí misma, es una realidad muda para dar o marcar una directiva. Sí, la Ciencia crea la capacidad o potencia , pero no nos dice cómo emplearla. Con lo cual, la Ciencia nos señala también sus límites y eso en un terreno vitalmente muy importante. Y, con ello, hace urgente y necesario recurrir a otra disciplina poco valorada.: La Ciencia del hombre y del sentido que tenemos que dar a nuestras vidas. Por consiguiente, en nuestras vidas, precisamos de una FILOSOFÍA de la Naturaleza.
Y puesto que la Ciencia pone al hombre entre la espada y la pared, ante el empleo que debe dar a la potencia que ella le confiere, le obliga (por lo mismo) a reflexionar acerca de lo que piensa hacer con esta Naturaleza, cuyos secretos van penetrando poco a poco. Y, entonces, un solo camino de salvación se abre ante el hombre, ahora que tiene en sus manos, como decía Huxley, las riendas conscientes de la evolución.
Así pues, el hombre, si no quiere perecer víctima de las fuerzas que libera, debe dominarlas, ponerlas a su servicio, y ello en la línea que le es propuesta por el progreso mismo de la Historia: El de una aproximación efectiva de los hombres que, siendo inevitable, exige seer orientada hacia el BIENESTAR de todos.

César R. Docampo.

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