"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

viernes, 24 de marzo de 2017

SI HOY COMIENZA LA PRIMAVERA...ELLO SIGNIFICA UN RETORNO HACIA ESA AUTÉNTICA ONTOLOGÍA UNIVERSAL.

SI HOY COMIENZA LA PRIMAVERA...ELLO SIGNIFICA UN RETORNO HACIA ESA AUTÉNTICA ONTOLOGÍA UNIVERSAL. 

¿Por qué? Porque, como decía Husserl, no podemos concebir a los "fenómenos" separados del SER. Y el SER "ES", siempre "ES". Del SER no podemos decir que FUÉ ni que SERÁ; sino que ES. Siempre ES. Y ya no cabe concebir a los fenómenos como algo separado del SER, ni por consiguiente, a la Fenomenología como un simple fenomenismo; es decir, como una simple descripción de las apariencias, sobre cuyo sentido fundamental no nos sería posible pronunciarnos.
Hablar de la Primavera, por consiguiente, no es más que asomarnos a una fenomenología sistemática y también universal. El fundamento último a explicar, el "a priori" absoluto a elucidar, es el "SER en el mundo". De donde emana todo el sentido, y a donde es necesario reconducir todos los datos.
Pero tampoco podemos decir que "El Ser" se crea a sí mismo, porque (entonces) debiéramos usar otras categorías de actividad y pasividad, que sólo se aplican al hombre. Lo que equivale a decir que el SER es para sí mismo su propio fundamento, que no tiene pues necesidad de ningún otro soporte, sea éste constituido por la subjetividad humana o por una objetividad divina creadora. En este última hipótesis, debiéramos decir en efecto, o bien que el Ser tiene su consistencia propia únicamente de Dios, en cuyo caso se diluye en la subjetividad divina, o bien que lleva él en sí mismo esa consistencia, en cuyo caso la creación no sirve ya de nada: "Si el ser existe frente a Dios, es que es su propio soporte y no conserva el menor rastro de la Creación divina.
En una palabra, aun en el caso de que hubiera sido creado, el ser "en sí" sería "inexplicable" por la creación, ya que toma su ser más allá de ésta. Lo que equivale a decir que el SER es increado. Luego todo es DIOS.
O, peor todavía. Estaríamos ante un Ser "para sí", y el surgimiento de LA NADA. En este caso, LA PRIMAVERA, que sólo favorece las Ventas en El Corte Inglés.

César R. Docampo, periodista y catedrático de Filosofía.

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