"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

domingo, 26 de marzo de 2017

URGE EL RETORNO AL MUNDO DE LA VIDA.

URGE EL RETORNO AL MUNDO DE LA VIDA.

Que el mundo de la Ciencia es un mundo sin VIDA, lo prueba el hecho mismo de la exclusión que la Ciencia hace de todos los predicados prácticos, culturales y axiológicos, por los que los objetos cobran un sentido y un valor para nosotros. En aquel Universo de Galileo (de la Física matemática), por ejemplo, nadie podía decir que hacía buen tiempo, que el mar estaba tranquilo, o que las flores estuviesen perfumadas y los frutos apetitosos. Tampoco tenía sentido hablar de los bosques, de las personas dotadas de vida, ni de las propiedades culturales inherentes a los objetos en la acción humana. Pero la reflexión fenomenológica, evidentemente, no pretende renunciar a la objetividad científica, sino reintegrar el Mundo de la Ciencia al Mundo de la Vida.
Luego, para disipar la ilusión objetivista, es preciso poner de relieve el vínculo que une la Ciencia al mundo de la Vida.. Es decir, a este mundo cotidiano en el que vivimos, obramos, forjamos proyectos (el de la Ciencia, entre ellos), en el que somos felices o desdichados. Y podríamos demostrar ese vínculo de dos formas, por lo menos:
Por una parte, en el hecho de que las expresiones más teóricas y más abstractas no tienen sentido sino por su referencia a un tipo de experiencia que Husserl llama "antepredicativa", es decir, anterior a toda formulación en conceptos y en juicios. Ahora bien, dicha experiencia es la de la percepción sensible, percepción del mundo en el que vivimos y de los objetos individuales en él contenidos, sobre cuyo "fundamento" se constituyen los conceptos y los juicios.
Y las categorías lógicas y matemáticas mismas (como Relación, Número, pluralidad, todo y parte, etc.), derivan de la idea ( "alguna cosa en general" ), idea que remite a su vez a la percepción de la cosa singular despojada de sus determinaciones singulares y específicas.

Las fórmulas más abstractas, el pensamiento más formal, arrastran consigo, hasta su nivel más elevado, la impronta de este origen, lo que les permite conservar un sentido, y a las matemáticas, por ejemplo, poder ser aplicables: Porque, "Toda adquisición de la Ciencia, escribía Husserl, funda su sentido en la experiencia inmediata y remite al Mundo de esa experiencia".
Y la Ciencia, aun cuando su lenguaje en nada se parezca al mundo cotidiano, no nos habla de otro mundo invisible y más real. Si pretende decir algo, hablará de este mundo de aquí; del mundo de nuestras experiencias vivas de las cuales ella ha nacido.

César R. Docampo, 

 Periodista por la antigua Escuela Oficial de Madrid.
Y catedrático de Filosofía Pura, con Estudios e Información en cuatro Universidades: 
1ª. Universidad Pontificia de COMILLAS (Santander). 
2ª. Universidad Pontificia de Salamanca. 
3ª. Universidad COMPLUTENSE, de Madrid. 
4ª. Universidad Hispalense, de Sevilla.

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