"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

jueves, 4 de enero de 2018

ASÍ ES LA ETERNIDAD DE DIOS.

¿CÓMO ES DIOS?




PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS


No estoy pensando en nada. Nada no es nada, pero sí es Nada. Aunque toda nuestra vida afectiva y espiritual se desliza por el tiempo que conduce a esa finalidad. He aquí lo que crea los límites de los hombres, compatibles con la inquietud: La aspiración a finalidades distintas que nos individualizan. Pero sólo perfeccionan, a los seres, las finalidades inaccesibles. Al acceder los logros deseados, nuestra personalidad se desvanece allí. En tanto que la tensión del fin, forja los caracteres singulares hasta el punto de poder decirse que cada uno es su finalidad.
Esta definición del hombre, como un ser en ruta a sus fines, no quiere decir que todas las finalidades que el hombre pueda anhelar, se encuentren en Dios, como decía Espinosa. Pues existe el mal. Y en él yacen todos los fines que terminan en la disolución y en la muerte. Y existen, también, las finalidades inmediatas que exige la especie y que sólo satisfacen a las necesidades específicas. Porque la personalidad se dibuja por la adscripción a un tiempo ritmado por afanes que encaminan al hombre a una finalidad eternamente alejada.
Es este tiempo, aunque infinito, el que corresponde a las criaturas. Pues la eternidad divina se diferencia de la infinitud temporal, en que esa eternidad de Dios puede definirse como la sucesión sin tiempo. Y en tanto que el tiempo infinito de las criaturas está originado por el cómputo de una sucesión sin fin, en la divinidad esta sucesión es a la vez lineal y simultánea.
Todas las formas de Dios coinciden en el mismo instante y, a la vez, se hallan perpetuamente renovadas. Ésta es la ETERNIDAD DE DIOS.

César R. Docampo.

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